
QUELLÓN (La Opinión de Chiloé) — En manos de la Fiscalía local de Quellón se encuentra actualmente una indagatoria penal abierta durante el fin de semana pasado, y que se vincula a un doble ataque con arma cortopunzante que habría sufrido una persona mayor de edad, en dos sitios distintos de la ciudad puerto, y que de no mediar atención médica a tiempo, podría haber terminado con su muerte; es más, se cree que salvó de manera providencial ya que habría perdido la mitad de su sangre antes de ser estabilizado en un centro asistencial.
De acuerdo a información judicial que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé en causa RIT O-361-2025 RUC 2510016605-7 seguida ante el Juzgado de Letras, Garantía y Familia de Quellón, los hechos se remitirían al pasado 5 de abril cuando un paciente arribó al Hospital de Quellón con lesiones de carácter grave, inconsciente, y al borde de la muerte, luego que fuera auxiliado por personal médico en la vía pública con heridas cortopenetrantes severas, quien sorpresivamente, horas antes, había sido atendido por otras lesiones con arma cortopunzante, aunque de carácter leve.
Según el fiscal de la causa, Fabián Fernández Gatica, los primeros antecedentes indicaban que todo habría ocurrido al interior del denominado «hotel quemado» de Quellón, ubicado en lo que ahora es un sitio eriazo, detallándose eso sí que ese incidente sería el segundo después de otra agresión ocurrida aproximadamente seis horas antes, bajo circunstancias que aún son objeto de indagatorias.
Lo que se sabe hasta ahora es que alrededor de las 04.30 horas de la madrugada se recibió un llamado de emergencia que alertaba sobre la presencia de una persona tendida en la vía pública, en la intersección de calles Presidente Ibáñez con Juan Ladrillero, refiriéndose que en el lugar permanecía una persona con lesiones cortopunzantes en distintas partes del cuerpo, en muy malas condiciones.
Personal del Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU) concurrió al lugar para prestar auxilio a la víctima, quien fue trasladada hasta el Hospital de Quellón en estado grave, con una herida cortopenetrante profunda en la región torácica y una herida de iguales características en el abdomen, siendo ingresado de inmediato a pabellón para parar el sangrado y evitar así su deceso.
Según información médica, entre las lesiones detectadas al paciente, una le habría dañado el bazo, lo que le ocasionó un shock hipovolémico severo que lo mantuvo en riesgo vital, asegurándose que habría perdido la mitad de la sangre del cuerpo. Tras ser estabilizado, fue trasladado hasta el Hospital Dr. Augusto Riffart de Castro, donde se mantuvo en coma por casi dos días, hasta que al despertar, pudo prestar declaración sobre lo que presuntamente pasó.
Así las cosas, en su relato aparecieron nuevos detalles sobre el incidente, constatándose que este habría sido un ataque con arma blanca en carácter de reiterado como se viene diciendo. En particular, un primer hecho ocurrió alrededor de las 20.00 horas del 4 de abril, en una garita ubicada cerca de la botillería Quillotana QII, ubicada casi en la esquina de Avda. Juan Ladrillero con calle Presidente Ibáñez, lugar donde se encontraba la víctima con otras personas. En ese lugar, habría llegado el imputado quien sin provocación alguna, saca desde sus vestimentas un cuchillo tipo carnicero de gran tamaño, propinándole varias estocadas, para luego escapar.
El herido se trasladó por sus propios medios al Hospital de Quellón, lugar donde fue auxiliado, constatándose que tenía cuatro heridas por arma blanca en su extremidades superiores, las cuales eran de baja complejidad, siendo suturado. Fuentes médicas aseveraron que el paciente habría llegado en estado de ebriedad y que tras ser atendido, y antes de entregársele las indicaciones médicas respecto a sus heridas, se habría retirado del nosocomio. Aparentemente no se realizó una denuncia en aquella oportunidad.
Con posterioridad, el aludido habría vuelto al lugar de los hechos con un acompañante, donde habría continuado compartiendo hasta pasadas las 04.00 horas de la madrugada; tras ello, decidieron retirarse por calle Presidente Ibáñez, momento en que habrían pasado por afuera del denominado «hotel quemado», con destino al muelle artesanal. En tales circunstancias, habría sido llamado por el mismo sujeto que lo agredió previamente, quien estaba con otras personas, produciéndose un segundo ataque, esta vez muchísimo más grave.
La dinámica de lo que pasó se está indagando, aunque existen dos versiones. La primera, indica que el imputado habría solicitado a la víctima ir a un lugar apartado donde le habría pedido dinero, y ante la negativa, habría sacado desde sus vestimentas el mismo cuchillo para apuñalarlo reiteradamente, esta vez, en zonas vitales. La segunda, que parece menos creíble y que no se sustenta en las versiones de testigos, asegura que la víctima fue quien agredió al imputado, y que este en legítima defensa incompleta, se defendió con el cuchillo.
Tras ello, la víctima decidió retirarse del lugar con la persona que lo acompañaba, y llegando a calle Santos Vargas, se percata que esta vez presentaba heridas más severas, por lo que se solicitó ayuda mientras el aludido se desplomaba en el lugar, siendo trasladado por el SAMU hasta el Hospital de Quellón.
Según fuentes médicas, el paciente llegó con baja presión arterial, débiles latidos cardíacos y con heridas graves tanto en el abdomen como en el tórax, descubriéndose en pabellón que tenía dañado el bazo con un profuso sangrado interno: habría perdido cerca de 2.500 cc de sangre, prácticamente la mitad de lo que su cuerpo tenía, lográndose controlar la hemorragia y estabilizarlo para su traslado a Castro.
Se aseveró que su derivación se debió a la escasez de su tipo de sangre en el nosocomio de la ciudad puerto, por lo que ante cualquier emergencia o problema médico asociado a la cirugía, era mejor que estuviera en un centro de salud de mayor complejidad con disponibilidad de transfusiones rápidas. Llegó intubado y fue ingresado a la Unidad de Paciente Crítico.
Funcionarios de la Sexta Comisaría de Carabineros de Quellón abordó el procedimiento de rigor, y tras tomar declaraciones a testigos, efectuó un patrullaje por las inmediaciones del sitio del suceso, y en la intersección de las calles Presidente Ibáñez con Santos Vargas, observan a una persona que correspondería al presunto agresor, procediéndose a su detención para ser puesto a disposición de la justicia.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé confirmaron que el imputado sería C.J.Ll.E., quien habría sido sindicado por varios testigos como el presunto responsable de los hechos. En cuando a la víctima, identificada como M.E.M.N., fue el día domingo que despertó del coma y entregó su versión de los hechos.
Mientras tanto, durante el sábado se realizó el control de la detención, la que fue declarada ajustada a derecho, para luego ampliarse el procedimiento hasta el lunes a la espera de los informes policiales y médicos que permitan definir la calificación jurídica más apropiada para este caso.
Luego, para el Ministerio Público de Quellón los hechos configurarían un delito de homicidio simple en carácter de frustrado, descrito en el artículo 391 número 2 del Código Penal, cabiéndole al imputado la presunta participación en calidad autor ejecutor.
A este respecto, pidió que se aplique la medida cautelar de prisión preventiva, por estimar que su libertad constituiría un peligro para la seguridad de la sociedad y la víctima, además de existir peligro de fuga. Alegó que se está ante un delito grave, sancionado con pena de crimen, que se sitúa entre los 5 años y un día a los 10 años de privación de libertad en el grado de frustrado, y que hay antecedentes que acreditarían que fue el mismo imputado quien atacó en dos oportunidades a la víctima, lo que daría cuenta de su peligrosidad.
La abogada defensora, Sabina Mancilla Vásquez, rebatió el pedido de la Fiscalía para oponerse, aseverando que acá se trataría de una supuesta legítima defensa, ya que según el imputado, habría sido golpeado hasta que decidió defenderse. Añadió que la víctima sería una persona agresiva, y que en los registros disponibles en la Defensoría Penal Pública, tendría un amplio historial delictual vinculado a causas por homicidio, robo con violencia, lesiones graves, lesiones menos graves en contexto de Violencia Intrafamiliar, desacato, entre otros.
Lo anterior fue replicado por el fiscal de turno, asegurando que no hay registro médico de alguna lesión que hubiera sufrido el imputado, tampoco testigos que confirmen alguna eventual agresión, detallando que el encartado tendría antecedentes previos por lesiones leves, riñas públicas y daños simples, entre otros; expresó, que lo ocurrido fue grave, y que víctima podría haber fallecido si no se hubiera obrado en forma rápida.
La juez Claudia Villa Esperguel desechó lo esgrimido por la Defensoría, indicando que en virtud de los antecedentes allegados por las partes se desprende que en el presente estadio procesal existen elementos de convicción suficientes para estimar concurrentes los requisitos de las letras a) y b) del artículo 140 del Código Procesal Penal, esto es, la existencia material de los hechos investigados y la participación que en ellos le pudo caber al imputado en relación a las imputaciones fiscales formuladas a su respecto.
Aseguró que a su vez, y respondiendo a una petición expresa de la Fiscalía local, en relación a la necesidad de cautela contenida en la letra c) de la citada norma, ella solamente se puede ver cumplida con la medida cautelar de prisión preventiva, estimándose que ésta resulta indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la investigación; y porque la libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad, atendida la naturaleza del delito por el cual ha sido formalizado, su forma de comisión, la pena asociada al mismo y su eventual forma de cumplimiento.
Es así que se ordenó a este delincuente ingresar a cumplir la medida cautelar impuesta al Centro de Detención Preventiva de Castro, fijándose un plazo de investigación de 60 días.

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