
ISLA CAGUACH, QUINCHAO (La Opinión de Chiloé) — Conmoción e indignación ha causado la revelación realizada este miércoles por el programa La Mañana, de Chilevisión, respecto a las circunstancias de la muerte por infarto al miocardio de Daniela Belén Vargas Vargas (13 años), niña de la remota isla Caguach que estaba bajo el alero del Servicio Nacional de Menores (Sename) en Castro, luego que un Tribunal de Familia la derivara a esa repartición tras sufrir abusos sexuales.
La menor falleció esperando un trasplante de corazón, procedimiento al que según el reportaje nunca pudo acceder luego que la Red de Salud UC Christus ligada a la iglesia católica le negara la posibilidad de ingresar a la lista de espera debido a su «precariedad familiar, social y personal«.
El caso de la cardiopatía de Daniela Belén fue examinado por un comité de ética del recinto católico en Santiago que emitió el 26 de marzo de 2015 un informe dirigido a la dirección regional del Sename de Los Lagos señalando que «la situación cardíaca de la menor es lo suficientemente grave e irreversible, por lo que efectivamente tiene indicación de trasplante cardíaco, como única alternativa de tratamiento definitivo».
Tras ello, realiza dos conclusiones que se resumen así:
1. «El éxito del trasplante cardíaco como una alternativa terapéutica extraordinaria recae no solamente en el acto quirúrigico propiamente tal, sino que además en un cuidado y seguimiento post operatorio adecuados, en el cual la adhesión al tratamiento y los controles médicos son vitales. Incluso, se ha recomendado internacionalmente que en situaciones de soporte social insuficiente, o incapacidad cognitiva del paciente, el trasplante estaría contraindicado.
2. «Consideramos que la condición de precariedad familiar, social y personal de esta paciente hacen que el trasplante cardíaco no esté indicado. Si las condiciones de soporte social a futuro cambian y existe un compromiso claro de parte del Sename en cuanto a garantizar los requisitos necesarios para su cuidado post-trasplante, esta indicación podría ser reevaluada (…)».
Sin embargo, el 3 de marzo de ese año (23 días antes del informe), la directora del Sename de Los Lagos, Pamela Soto Cárdenas, había enviado el Oficio n.°86 donde señalaba: «es dable señalar que para nuestro Servicio resulta preocupante esta situación, por lo que ofrece para la niña frente a la posibilidad de ejecutar trasplante, adultos responsables para su cuidados, a través del mismo programa especializado o centro de administración directa del Sename en la Región Metropolitana, acompañarla a sus requerimientos e intervenir psicosocialmente en este proceso».
Aún así, el Comité de Ética de la Red Salud UC Christus, dejó entrever que no se cumplirían los requisitos, negando su ingreso a la lista de espera. El 27 de marzo la niña fue dada de alta y enviada a Puerto Montt por tierra. El 1 de abril, la directora nacional del Sename, Marcela Labraña, procede a informar de lo ocurrido a la Ministra de Salud pidiendo que se gestionen medidas para revertir lo ocurrido, sin resultados.
Días después de ese 26 de marzo, Daniela murió: su deceso fue el 13 de abril en Castro.
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— La Opinión de Chiloé (@opinionchiloe) 9 de noviembre de 2017
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