QUELLÓN (La Opinión de Chiloé) — Luego de su controvertido paso por el Hospital Comunitario «21 de mayo» de Taltal, región de Antofagasta, que incluyó varias acusaciones sobre presuntas irregularidades, conflictos con algunos gremios y parte importante del personal pidiendo su salida, durante las últimas horas se confirmó la llegada de Francisco Guillermo Camilo Díaz a la Dirección del Hospital de Quellón.
De acuerdo a información que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, fue el 18 de enero de 2021 que la autoridad oficializó la selección del aludido para el cargo, tras pasar por una convocatoria de reclutamiento a través de Alta Dirección Pública que se abrió el 5 de septiembre de 2020, y del que era uno de los favoritos según confidenciaron participantes del proceso, incluso antes de las entrevistas. El 1 de febrero recién pasado habría comenzado a trabajar en Chiloé, estando actualmente en etapa de inducción.
Como Ingeniero en Telecomunicaciones, Conectividad y Redes (sin grado académico), Francisco Guillermo llega a Quellón tras complejos meses ocupando el mismo cargo en el Hospital de Taltal, donde se le llegó a calificar como un «apitutado políticamente» sin experiencia en Salud Pública más allá de participar en proyectos vinculados a software de salud y servicios informáticos adscritos al Sistema de Información de Redes Asistenciales (SIDRA), entre otros.
En particular, sorprendió en 2019 su nombramiento para ese recinto de salud a pesar de su bajo nivel de preparación académica y experiencia en gestión pública, sindicándosele desde los gremios como parte de las decenas de contrataciones de funcionarios ligados al conglomerado oficialista «Chile Vamos» y que habría derivado en la posterior renuncia oficial de Juan Urrutia Reyes, director del Servicio de Salud de Antofagasta (SSA).
Al concretarse su arribo fue motivo de varias denuncias en 2019 y 2020, entre las que se encontraban supuestamente haber recibido millones de pesos como sobresueldo por prerrogativa del renunciado, y cuyos antecedentes fueron remitidos a la Contraloría General de la República.
Se le sindicó además como responsable de una supuesta persecución a trabajadores, clientelismo, gestión hospitalaria deficiente (incluyendo cuatro muertos por negligencias), presuntas contrataciones de amigos, aparentes pagos de favores con nombramientos a dedo, e indicadores que comparados con sus predecesores, habrían sufrido un franco deterioro.
Es más, uno de los últimos incidentes ocurridos al interior del Hospital de Taltal generó distintas manifestaciones con causas similares a las ocurridas en 2013 con las muertes de Carola Concha (30) y Verónica Cosme Delgado (30) en Quellón.
En particular, se trató del deceso de un taltalino de 7 años de edad por un aparente actuar negligente, lo que provocó una ola de críticas a la gestión hospitalaria.
Posteriormente, se reveló que existían serias deficiencias en la gestión interna del nosocomio, con una brecha de especialistas y recursos humanos que nunca fue abordada de manera seria, además de un nulo trabajo para identificar los problemas de infraestructura y equipamiento que eran patentes hace años, inexistencia de auditorías respecto a varias muertes sospechosas, evidentes problemas de resolutividad y sorprendentes indicadores que mostraban un 100% en el cumplimiento de metas para poder lograr bonos.
Tras la oficialización de su nuevo puesto, el recién llegado directivo dijo «estoy muy contento de poder integrar el equipo humano del Hospital de Quellón y el equipo directivo del Servicio de Salud Chiloé. He procurado conocer y estudiar las cifras y la realidad de la red de salud en el Archipiélago y espero poner a disposición de la salud todo mi conocimiento, experiencia, capacidad y motivación para trabajar con todos los funcionarios del hospital de Quellón y la comunidad, entendiendo lo importante que son cada uno para salir adelante en medio de la adversidad que ha significado esta pandemia».
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