
DALCAHUE (La Opinión de Chiloé) — En manos del Ministerio Público de Castro se encuentra actualmente una causa penal abierta en la comuna de Dalcahue en contra de un sujeto sindicado como presunto responsable de distintos actos que podrían ser constitutivos de algún tipo de delito de carácter sexual infantil, los que tendrían como víctima a su pequeña nietastra; además, el imputado gozaría de una sigilosa red de «protección» que incluiría sorpresivos nombres, incluyendo a la propia abuela de la niña y su tío que es profesor.
De acuerdo a antecedentes reservados que tuvo a la vista La Opinión de Chiloé, los hechos habrían quedado al descubierto a comienzos de noviembre del año pasado, cuando en medio de una actividad doméstica cotidiana con su madre, la víctima de 8 años de edad le confesó que habría sido víctima de presuntos actos que afectaron su indemnidad sexual al interior de una vivienda ubicada en el sector rural Punahuel 2, y que tendría como eventual autor a un folclorista oriundo de Curaco de Vélez, quien sería su abuelastro.
Según habría relatado la pequeña, los hechos en comento vendrían ocurriendo desde fechas y horas indeterminadas de los meses de septiembre y octubre, indicando que su «tata» presuntamente realizó tocaciones de tipo libidinosas, sintiéndose amedrentada de contar lo que estaba pasando hasta que se atrevió en medio de una conversación con su mamá.
Con esta información, los padres de la víctima pudieron conectar estos hechos con el evidente cambio conductual de la niña, y que incluiría precisamente sintomatología descrita para casos de abuso sexual infantil como encopresis y enuresis, problemas para dormir o síntomas emocionales como retraimiento, entre otros.
Así las cosas, tras la develación, la mamá decidió contactarse con su madre (y abuela de la niña) para que concurriera a su casa (ambas viviendas quedan en el mismo predio), lugar donde le detallaron la delicada acusación que afectaba a la pareja de esta —el abuelastro como se viene diciendo—, quedando todo el proceso de posible denuncia en ascuas a la espera de recibir una respuesta o signo de apoyo.
Fuentes consultadas por La Opinión de Chiloé confirmaron que dos días después de esa reunión, y por causas poco precisas, la víctima y su familia decidieron abandonar la casa que ocupaban, colindante a la del eventual hechor, decidiendo además formalizar la denuncia ante funcionarios de la Tenencia de Carabineros de Dalcahue.
Conocidos los hechos, el Ministerio Público de Castro abrió una causa penal ante la presunta existencia del delito de abuso sexual con contacto de menor de 14 años de edad, descrito y sancionado en el artículo 366 BIS del Código Penal, remitiendo inicialmente los antecedentes al Juzgado de Familia de la capital provincial ante una posible vulneración de derechos.
Además, se solicitaron diversas diligencias de su especialidad a la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la Policía de Investigaciones de Ancud, los que han estado trabajando durante este tiempo en levantar todos los medios probatorios pertinentes que permitan a la Fiscalía definir si los hechos descritos previamente se ajustan a la calificación jurídica en comento u otra, todo en medio de una alta carga de trabajo de los peritos especializados en Chiloé.
Adicionalmente, solicitó ante el Juzgado de Garantía de Castro una medida de protección judicial en favor de la víctima, la que fue acogida por la juez de turno Alejandra Varas Cuevas, imponiendo al imputado la prohibición de visitar el domicilio y establecimiento educacional de la víctima, y la prohibición de aproximarse a ella en cualquier lugar que esta se encuentre, a la espera de la concreción de las distintas diligencias mandatadas por el persecutor penal.
La notificación de esta decisión quedó a cargo de funcionarios de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la Policía de Investigaciones de Castro, quienes tras concurrir hasta el sector Punahuel 2, realizaron un breve empadronamiento con el fin de establecer si alguien conocía a esta persona, exhibiéndoles una fotografía del requerido.
Curiosamente, los detectives recibieron por parte de varios residentes una sorpresiva respuesta: dijeron no conocerlo y que no lo habían visto por el sector, a pesar que el aludido ha participado activamente en un grupo folclórico en diversas presentaciones, sin perjuicio de participar también en actividades donde han asistido gran cantidad de vecinos de Punahuel 2 en la junta de vecinos, en la Iglesia, en funerales, entre otros, las que por cierto han quedado registradas en redes sociales.
La indagatoria continúa desformalizada a la espera de los informes de la Brisex de la PDI de Ancud y otras diligencias pendientes, realizándose algunas pesquisas ante la eventualidad de existir una segunda víctima de edad no precisada, y cuyos detalles por ahora se mantendrán bajo reserva a la espera de ser confirmados.
En cuanto a la niña y su familia, como ya se ha indicado, decidieron mudarse del sector ante la aparente hostilidad de la abuela al conocer el relato de la niña y decidir apoyar a su pareja que es el padrastro de su hija, ergo, abuelastro de su nieta. Actualmente, la afectada recibe asistencia por parte del Centro de Apoyo a Víctimas de Delitos Violentos de Castro, y ya habría prestado declaración ante la Fiscalía local de la capital provincial.
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